Nuestros Hijos y la conducta
Continuando con nuestro tema, l@s hij@s, ahora hablaremos de qué nos ocupa que ell@s obedezcan. Para eso necesitamos, entre otros:
Amarlos. Parece de perogrullo pero, no. Amarlos es sentirlos, acomodar la ideología personal a la criaturita que está a mi cargo, es sentir el corazón abierto y libre para ella, es aceptar que no es una réplica de sus progenitores.
Sentido común, si la criatura está sudando no le podemos decir que se ponga un chaleco, por el contrario, le decimos que le serviría sacárselo. Aunque ustedes no lo crean, hay madres con frío que no miran a la criatura corriendo y sudando y no la dejan sacarse el chaleco.
Claridad en lo que se quiere formar en ell@s. Pocas veces se piensan y se elaboran consciente y responsablemente los objetivos de esto. Entonces se dan palos de ciego y en un momento se piensa que tienen que comer 4 veces al día pero, mañana se lee un artículo que dice que es mejor hacerlo 6 veces al día en pocas cantidades y así, en diferentes cosas. Y los conejillos de indias son ell@s.
Coherencia, quizás lo más difícil. Cuando, por ejemplo, se dice No a algo que hace o quiere la criatura, es necesario mantener ese No, así ell@s aprender a confiar en sus cuidadores y a desarrollar la tan nombrada tolerancia a la frustración. Por esto es muy importante darse cuenta de si se puede mantener la actitud firme y segura, si no, es mejor no decir No.
Modelar las conductas, actitudes, sentimientos, valores que queremos que desarrollen l@s hij@s. Muchas veces se aprende más mirando que oyendo discursos. ¿Se acuerdan de su infancia? No hay que ir más lejos.
Por último, es necesario que miremos y sintamos a l@s hij@s. Ninguno es igual, tienen sus propias necesidades y habilidades, entonces dense el tiempo para elaborar estrategias distintas con contenido similar para formar a sus hij@s.
¡Qué bella y difícil tarea!