Con esta terapia se trabaja desde un estado compasivo que conduce al terapeuta a un estado meditativo profundo para liberar los conflictos físicos y emocionales de los pacientes.
Ayuda a recuperar el equilibrio cotidiano, facilita el descanso, permite una mayor conexión con el alma para estar menos en la mente. Esta nos maneja manteniéndonos en estado de estrés y en desconexión del presente y del cuerpo.